¿Odias las agujas? Por supuesto, no es el único; desafortunadamente, es un miedo que debe enfrentarse para mantenerse saludable. Al principio, lucha contra el miedo y aprende algunas técnicas para lidiar con él. Cuando llegue a una clínica o clínica de salud, donde seguramente tendrá que enfrentar el miedo, siga los consejos a continuación.
pasos
Método 1 de 4: Lucha contra el miedo

Paso 1. Empiece por intentar cambiar su forma de pensar
Por lo general, la mejor manera de superar cualquier miedo es intentar cambiar la forma en que lo piensa. Por ejemplo, pensar “no hay nada peor que las agujas” o “me aterrorizan las agujas” solo enfatiza ese hecho aún más.
En su lugar, diga algo como: "Incluso si la aguja es incómoda, solo es buena para mi salud"

Paso 2. Escriba las situaciones que le provoquen miedo
Para algunas personas, solo ver una foto o imagen de una aguja es suficiente para hacer que se estremezcan. Anota situaciones que te incomoden, como ver una simple imagen de una aguja, poner una inyección en la televisión, ver inyectarse a un conocido y, por supuesto, ver cómo se te acerca la aguja.
- Algunas otras situaciones pueden incluir: escuchar a alguien hablar sobre recibir una inyección, ocasiones en las que será necesario manipular agujas o tocar una;
- Ordene la lista, comenzando por las situaciones menos aterradoras primero, hasta las más aterradoras.

Paso 3. Tómese su tiempo y comience con lo menos aterrador
Si se trata de imágenes de agujas, búsquelas en Internet. Deje que la ansiedad se acumule y no se detenga hasta que sienta que se está desvaneciendo, lo cual lo hará gradualmente.
Después de terminar, date la oportunidad de relajarte

Paso 4. Incrementa la intensidad
Una vez que supere una situación, pase a la siguiente, que podría ser ver a alguien recibir una inyección en la televisión, por ejemplo. Mire un video o una serie sobre médicos para que aparezca una escena como esa y practique la misma técnica que antes, dejando que la ansiedad aumente y disminuya de forma natural.

Paso 5. Siga progresando a través de cada nivel
Sométete gradualmente a las situaciones que te causen más miedo hasta que estés listo para una inyección. Primero, imagina todo lo que rodea a la ocasión, dejando que la ansiedad aumente. Luego, cálmate y cuando estés listo dirígete al lugar donde te pondrán la inyección.
Método 2 de 4: Aprendizaje de técnicas de relajación y afrontamiento

Paso 1. Respire profundamente
Una de las formas de lidiar con la ansiedad es aprender técnicas de respiración para usar mientras se extrae sangre o se administra una inyección. Intente cerrar los ojos y respirar por la nariz, inhalar profundamente, sostener y exhalar lentamente por la boca. Repite cuatro veces más.
Practica la técnica varias veces al día para acostumbrarte a usarla. Entonces, cuando sea necesario "enfrentar" la aguja, úsela para calmarse
Paso 2. Acuéstese cuando extraiga sangre o reciba una inyección
Mantenga las piernas elevadas para evitar mareos; dígale a la enfermera que las agujas lo enferman y que prefiere esta posición si no es un obstáculo.
Levantar las piernas también ayuda a mantener estable la presión arterial

Paso 3. Practique la mentalidad
La meditación también puede ser útil para calmarte; visualizar la situación le ayudará a distraerse cuando se inyecte la aguja. Para utilizar esta técnica, primero debes elegir un lugar que te haga feliz sin ningún estrés, como un parque, la playa o tu habitación favorita de tu casa.
- Cierre los ojos e imagínese en su lugar. Usa todos tus sentidos y observa lo que estás mentalizando, a qué huele, a qué sientes, oyes y a qué sabe en tu boca. “Construye” el mundo con gran detalle;
- Por ejemplo, si estás imaginando una playa, piensa en las olas azules, el olor del mar, la sensación de la arena cálida bajo tus pies y el calor del sol sobre tus hombros. Prueba la sal en el aire y escucha el sonido de las olas rompiendo en la playa;
- Cuanto mejor pueda imaginarse el lugar, más fácil será distraerse.

Paso 4. Utilice la técnica de aumento de presión antes de ver la aguja
Algunas personas tienen miedo a las agujas porque se sienten mal, hasta el punto de desmayarse; si ese es el caso, pruebe un método para aumentar su presión arterial de antemano. Con eso, se reducen las posibilidades de colapso.
- Póngase cómodo donde está sentado. Empiece por tensar todos los músculos de las piernas, los brazos y la parte superior del cuerpo, manteniendo la posición durante unos 15 segundos. Poco a poco, empezarás a sentir que tu cara se calienta; en este punto, relaje los músculos;
- Descanse durante unos 30 segundos y vuelva a intentarlo;
- Practica la técnica varias veces al día para sentirte relajado y tener un mejor control sobre tu presión arterial.

Paso 5. La terapia puede ser una opción
Si tiene dificultades para encontrar formas de lidiar con una fobia a las agujas, un psicólogo o terapeuta puede ayudarlo. Dichos profesionales enseñarán técnicas y formas de superar el miedo, ya que son especialistas y están capacitados exactamente para ayudar a los pacientes con problemas de este tipo.
Busque un terapeuta que combata específicamente el afrontamiento y la superación de las fobias
Método 3 de 4: comunicarse con los profesionales de la salud

Paso 1. Hable sobre el miedo con una enfermera, un médico o un flebotomista
No guarde la aflicción en su interior y hable de ella con la persona que le extraerá la sangre o le dará la inyección; esto es útil para distraerlo o hacer que se sienta lo más cómodo posible.
Comunique que desea que el profesional le pida que mire hacia otro lado antes de levantar la aguja o que cuente hasta tres antes de aplicar, por ejemplo

Paso 2. Pregunte sobre alternativas
Si le administrarán una inyección en lugar de extraer sangre, puede haber un método diferente para hacerlo, sin el uso de agujas. Por ejemplo: administrar un medicamento presente en las vacunas contra la influenza a través de las fosas nasales en lugar de una inyección.

Paso 3. Busque una aguja más pequeña
A menos que necesite extraer una gran cantidad de sangre, puede realizar el procedimiento con una aguja más pequeña (la mariposa en la mayoría de los casos). Pregúntele a la enfermera si es posible usarlo en su caso y pídale que le explique por qué.

Paso 4. Dígale a la persona que solo tiene una oportunidad
Las personas con miedo a las agujas nunca apreciarán que alguien les toque el brazo con ellas una y otra vez. Dígale a la enfermera que necesita sacar toda la sangre con una aguja.
Si el procedimiento requiere múltiples inyecciones con aguja, pregunte si puede regresar otro día para completar la extracción de sangre o la inyección, lo que le permitirá descansar un rato

Paso 5. Pídale al mejor médico que le dé la inyección o le extraiga la sangre
Si está preocupado y cree que es posible que alguien no realice el procedimiento correctamente, pídale a un enfermero o técnico experimentado que lo haga, especialmente si se encuentra en un hospital o clínica grande. Es probable que los empleados comprendan cuando la orden proviene de alguien que teme a las agujas.
Método 4 de 4: Enfrentar el miedo en los consultorios médicos

Paso 1. Recuerde que el dolor pasará rápidamente
Incluso si hay fobia a las agujas, es importante recordar, en todo momento, que el malestar solo dura unos segundos, diciendo “puede doler, pero esto pasará en cinco segundos. Yo aguanto".

Paso 2. Pídale al médico que le aplique una crema anestésica
Este producto adormece el área a inyectar; no debe interferir con la eficacia del tratamiento. Si tiene que aplicarlo antes de acudir a la cita, pregunte dónde se debe pasar.

Paso 3. Distráigase
Al distraerse, podrá "soportar" mejor la sensación de ser pinchado con la aguja; intente escuchar música o incluso reproducir algo en su teléfono inteligente. Traiga un libro y léalo para no tener que prestar atención a lo que está sucediendo.

Paso 4. Utilice una técnica de afrontamiento
Dígales a los empleados lo que hará y utilice una de las formas de manejar la inyección; Tanto los ejercicios de mentalización como los de respiración se pueden utilizar cuando se le “pica”, pero espere hasta que la enfermera haya terminado para hacer el ejercicio para tensar los músculos.