En el mundo ideal, las nalgadas ni siquiera deberían existir. Pero algunos padres sienten que, en los casos más extremos, esta es la única salida. Este artículo no pretende promover ni desalentar este acto, sino que los padres comprendan qué hay detrás de este castigo y cómo aplicarlo de la mejor manera posible.
Las nalgadas son objeto de mucho debate y la mayoría de los psicólogos no las recomiendan como forma de disciplina. Aun así, muchas personas sienten que cuando se aplica con cuidado, este castigo es tan efectivo como otros. La decisión de usarlo o no depende de los padres y siempre debe estar de acuerdo con la ley.
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Parte 1 de 3: Disciplinar sin violencia

Paso 1. Tómatelo con calma
No golpee a su hijo por nada. En primer lugar, intente resolver todo en una conversación con un método no violento. Pero si cree que esta es la única forma, asegúrese de que todas las demás opciones se agoten primero.
Los azotes esporádicos (azotes muy leves en niños de entre dos y seis años que desobedecieron otra forma de disciplina más ligera) son menos riesgosos al principio, según algunos estudios

Paso 2. Pregunte con calma por qué el niño hizo lo que hizo
Tal vez ni siquiera se dio cuenta de que hizo algo mal o malinterpretó lo que sucedió. A través de la conversación, sabrá si su hijo no se dio cuenta de que tomó la decisión equivocada, o comprenderá que al final ni siquiera se portó mal.
Si está demasiado molesto para mantener la calma, simplemente diga "Estoy muy nervioso en este momento y necesito algo de tiempo para calmarme". Cuando eso suceda, aléjese de la confusión, respire profundamente y luego enfrente lo que sucedió

Paso 3. Hable con el niño sobre las consecuencias de sus acciones
Las personas mayores pueden darse cuenta por sí mismas cuando hacen algo mal. Pregúnteles cómo creen que se sienten otras personas acerca de lo que sucedió o cuáles fueron las consecuencias de lo que hicieron. Puedes usar la comunicación no violenta y hablar en primera persona, en situaciones como “cuando haces tal cosa, me siento así”. Aquí hay unos ejemplos:
- "¿Cómo crees que estaba tu hermana cuando rompiste su juguete?"
- “Cuando no te encontré en el mercado, estaba muy preocupado. Necesito que siempre estés cerca de mí, para que sepas que todo está bien contigo ".
- "¿Cómo crees que se sintió papá cuando tuvo que limpiar la caca de la bañera?"

Paso 4. Vea si su hijo realmente necesita ser castigado
No todas las oportunidades de aprendizaje deben implicar un castigo.
- Si cambia de comportamiento después de una conversación, por ejemplo, no hay necesidad de volver a castigarlo: aprendió la lección.
- A veces, el que necesita aprender eres tú. Hay momentos en los que esperamos demasiado de nuestros hijos o los ponemos en situaciones estresantes que no saben cómo manejar. Los niños no siempre tienen las herramientas que necesitan para madurar las cosas. En estos casos, déjelo pasar y, la próxima vez, tenga en cuenta las limitaciones de su hijo.

Paso 5. Elija enseñar sin apelar a lo físico
Sea firme y paciente al disciplinar a su hijo, explicándole las consecuencias de sus acciones. Las nalgadas nunca deben ser el primer recurso cuando existen muchas otras formas de disciplinarlo.
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Di un no firme.
Dé una respuesta corta y clara en un tono de voz más rígido, como "no se puede patear la pelota en la cara de la gente".
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Conseguir atención.
Si el niño es muy pequeño, aplauda lo suficientemente fuerte para llamar su atención. Luego diga un “no” firme o recuérdele las reglas en el mismo tono.
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Presenta las consecuencias lógicas.
Dígale a su hijo que limpie el desorden que ha hecho, que arregle algo que se rompió o que pague por algo que no se puede arreglar. Con esto, aprende a corregir sus propios errores. (Si es demasiado pequeño para limpiar o pagar por algo, ayúdelo).
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Dar el derecho a elegir.
Déle al niño dos o tres opciones y déjelo elegir. Si ella muestra mucha resistencia al vestirse, por ejemplo, diga “¿qué quieres primero? ¿Ponerse pantalones o camisa?"
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Compensar.
Si el niño le hizo algo a alguien, dígale que se lo invente de alguna manera. Por ejemplo, si se peleó con su hermana, dile que haga algo bueno por ella y dale sugerencias si no puedes pensar en nada por ti mismo.
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Pide tiempo.
Coloque al niño en un taburete para que pueda tomarse un tiempo para calmarse o pensar en lo que ha hecho. Debes darle un minuto por año de vida (ejemplo: si tiene dos años, debe reflexionar dos minutos).
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Quita privilegios.
Si su hijo es propenso a empujar a otros durante el juego, saque un juguete que le guste por un tiempo y explique por qué.

Paso 6. Si se enoja mucho con su hijo, tómese un tiempo para usted
Ser padre no es una tarea fácil y es normal perder los estribos de vez en cuando. Si te das cuenta de que va a explotar, abandona la escena y trata de calmarte. Cuando esté más tranquilo, podrá disciplinar a su hijo.
Dígale: “Estoy tan enojado que ni siquiera sé qué hacer. Necesito descansar un poco para refrescarme la cabeza "

Paso 7. Si el niño tiene dificultades para hacer algo que usted pidió, ayúdelo
A veces, si no sigue una regla con mucha frecuencia, puede ser porque no puede (y no por pura desobediencia). Pregúntele cuál es el problema de hacer algo y comprenda lo que está sucediendo. Luego trabajen juntos, como equipo, para resolver la situación.
Si siempre es una pelea cuando se trata de ordenar la habitación, ayudar a su hijo puede ser una buena solución

Paso 8. Dígale al niño cómo puede actuar la próxima vez
A veces se porta mal porque realmente no sabía lo que estaba haciendo. Pregúntele si sabe lo que podría haber hecho en esa situación o sugiera otras formas de lidiar con ella si vuelve a suceder. Una buena conversación puede ayudar mucho a un niño a saber cómo comportarse en el futuro.
Si el niño acepta comportarse mejor la próxima vez, no hay necesidad de castigarlo. De lo contrario, imponga un castigo basado en las consecuencias de lo que hizo, como limpiar el desorden o disculparse con la persona que lastimó. Lo que importa es el aprendizaje y el castigo no siempre es necesario para eso

Paso 9. Aprecie el buen comportamiento de su hijo
Hágale saber que está allí para reconocer cuando lo hace bien. Entonces lo motiva a hacer siempre lo correcto. Vea a continuación algunos ejemplos de cómo actuar:
- "¡Felicitaciones por esperar tu turno para jugar en la báscula!"
- “Vi que jugabas bien con tu hermano, no peleas con él ni nada, porque ya aprendiste tu lección. ¡Cuando seas mayor, serás una persona muy agradable! "
- “¡Gracias por ponerte los zapatos rápidamente! ¡Ahora tendremos aún más tiempo para jugar en el parque! "

Paso 10. Sea un buen modelo a seguir
Su hijo aprende a comportarse mirándolo, así que actúe como le gustaría que actuara, incluso si no está prestando atención. Con el tiempo, eventualmente se adaptará a sus hábitos.
Evite la hipocresía. Si le pega a su hijo y luego le dice que está mal pegarle a los demás, él no le tomará en serio
Parte 2 de 3: Preparación para las nalgadas

Paso 1. ¿Ha agotado todas las demás opciones?
Las nalgadas solo deben usarse como último recurso, después de probar todos los castigos no físicos descritos anteriormente. Primero, piense con mucho cuidado y esté 100% seguro de que realmente quiere hacer esto antes de decirle a su hijo que recibirá una palmadita.
- El castigo corporal está prohibido en muchos países e, incluso si es legal en el suyo, puede haber varias restricciones.
- Comprende que muchas personas consideran que las nalgadas son un tipo de abuso, especialmente si lo golpeas con fuerza. Si está a favor de esta forma de castigo, nunca golpee fuerte con otra cosa que no sea la mano ni deje marcas en el niño. El abuso infantil es un delito y se llamará al Consejo de Tutela.
- Lea más sobre otras formas de disciplina además de las nalgadas.

Paso 2. Descubra lo que dicen las encuestas sobre las consecuencias de las nalgadas
Muchos estudios a largo plazo muestran que el castigo corporal empeora la conducta en lugar de mejorarla. Después de ser golpeado, el niño se siente rechazado, resentido y siente que los padres no lo aman. En lugar de aprender a no hacer el mal, aprende a no dejarse atrapar. Además, los estudios también muestran que las personas sometidas a castigos físicos en la infancia tienen más probabilidades de:
- Tienen menos materia gris en el cerebro;
- Presentar dificultades de aprendizaje;
- Desarrollar problemas mentales como depresión y ansiedad;
- Abuso de drogas y alcohol;
- No confíes en la gente;
- Ser abusivo en las relaciones;
- Participar en actividades delictivas;
- Morir joven.
- Teniendo en cuenta esta investigación, considere si el castigo corporal es realmente una buena opción. Puede ser mejor encontrar alguna alternativa, como las sugeridas en la sección “Disciplinar sin violencia”. Pero si cree que esta es la única forma, siga los pasos a continuación.

Paso 3. Elija un lugar reservado para castigar a su hijo
Nunca haga esto frente a otras personas, especialmente cuando son amigos o hermanos del niño. Esto genera un sentimiento de resentimiento que contribuye negativamente a su educación. Es aún más importante tener algo de privacidad si prefieres darte una palmada en el trasero.
Las bofetadas ya son bastante duras. No empeore las cosas humillando a su hijo frente a otras personas

Paso 4. Informe al niño que las nalgadas serán una consecuencia de su comportamiento
Es probable que esté triste, enojada, resentida e incluso con pánico. Estas reacciones son normales y debes lidiar con ellas manteniéndote fiel a tu decisión.
- Es normal que el niño llore antes, durante y después de las nalgadas. No castigue este tipo de comportamiento.
- Intenta darle una última advertencia, como "Voy a contar hasta diez, si no sueltas su cabello, te darán una bofetada". A veces, esto es suficiente para controlar al niño.
Parte 3 de 3: Dar palmaditas

Paso 1. Al azotar, use solo las manos y siempre en posición abierta
De lo contrario, podrías terminar lastimando al niño.
Si está loco, aclare su mente y no aplique castigos físicos

Paso 2. Si usa anillos, quítelos
Pueden lastimar tanto a su hijo como a sus manos, y esa no es la idea. Además, si tiene algo en los bolsillos que pueda incomodar a su hijo mientras está en su regazo, quíteselo también.
Darle palmadas en el trasero ayuda a ver si está lastimando al niño y a detenerse cuando es el momento adecuado, pero también lo hace menos protegido e incluso puede tener un efecto humillante

Paso 3. Inclínela sobre su regazo
Siéntese y coloque al niño boca abajo sobre sus piernas. Luego pídale que no se levante y avísele cuando esté lista.

Paso 4. Relaje una mano y todos los músculos, colocando la otra mano firmemente sobre la espalda del niño
También es importante que no se retuerza y que sus piernas estén muy tensas.
No digas nada mientras azotas. Deja para hablar con tu hijo más tarde

Paso 5. Déle palmaditas suaves, evitando golpear fuerte
No se necesita mucha fuerza para disciplinar a un niño y demasiada puede terminar doliendo. Además, el significado de esta acción es mucho más importante que el dolor que causa. Así que siempre escuche a su hijo para ver si está golpeando demasiado fuerte.
Para evitar lastimarlo, mantenga una distancia prudente de los genitales, el cóccix y los riñones de su hijo

Paso 6. Entonces sea muy claro con su hijo
Dile que siempre lo amarás, incluso cuando tome las decisiones equivocadas. Enfatiza la idea de que sabes que es una buena persona, que acaba de tomar una mala decisión y que nunca, bajo ninguna circunstancia, hará nada más que un castigo físico. Las nalgadas solo deben ir seguidas de un perdón inmediato.
- Después de pegarle, el niño puede pensar que eres una mala persona o que no lo amas. Estos conceptos erróneos pueden terminar conduciendo a un comportamiento aún peor más adelante.
- Después de azotar, no obligue al niño a recibir afecto si no quiere. Las investigaciones muestran que ser afectuoso con un niño después de castigarlo físicamente puede terminar empeorando la sensación de ansiedad. Esto puede confundirla al pensar que los padres son impredecibles. Si quiere correr a su habitación, déjela ir.
- Tenga cuidado de no decir cosas como "Solo hago esto porque te amo". Si su hijo aprende que la violencia es parte del amor, entonces, cuando sea mayor, le resultará normal que su pareja lo golpee o él mismo será el agresor. Hay mucha investigación que correlaciona las nalgadas con la violencia doméstica.
Consejos
- No uses el castigo físico con frecuencia. Si siempre necesitas azotar a tu hijo, significa que este método no está funcionando (ya que cada niño es diferente) o se está acostumbrando, lo que no debería suceder bajo ninguna circunstancia. Las nalgadas deben ser algo muy puntual, que ocurre muy pocas veces al año (y ahí es cuando sucede).
- La mejor edad para introducir las nalgadas en la disciplina infantil es entre los cuatro y los cinco años. Nunca aplique castigos físicos a los niños más pequeños, y cuando tengan la edad suficiente para entender lo que está sucediendo, hable antes de recurrir a las nalgadas.
- No elija el castigo en función del género del niño. Si cuando una chica es la que se porta mal, tienes paciencia para hablar, pero cuando es un chico te vas enseguida a azotar, es muy injusto. Esto puede volverlo aún más resentido, por lo que siempre debes disciplinar a las niñas y a los niños por igual.
- El niño necesita saber por qué le están pegando.
Avisos
- Siempre da una palmada en el trasero, especialmente evitando la cabeza y el torso.
- Si hay leyes en su región que regulan o prohíben los azotes, respételas.
- Recuerde que incluso si el niño no está en esta etapa, el trasero es una parte sexualizada del cuerpo. Darle nalgadas a esta región puede conducir a un comportamiento sadomasoquista cuando crezca.
- Nunca le pegue a un niño si está enojado.
- Si decide pegarle a su hijo en público, esté preparado para enfrentarse a personas que condenan esta práctica, ya que no todo el mundo está de acuerdo con este tipo de castigo.
- En Brasil, se prohíbe cualquier tipo de castigo físico en los ambientes de enseñanza.
- Solo azote a un niño si usted es su padre o tutor legal (a menos que le hayan autorizado a hacerlo). Una niñera, por ejemplo, nunca debería pegarle a un niño.
- Abofetear a adolescentes o traseros desnudos puede considerarse abuso.
- Nunca golpee a los vehículos en movimiento, especialmente en el transporte público.
- Si no hay forma y tienes que recurrir a las nalgadas, no des ningún otro tipo de castigo, ya que es suficiente.