A los niños les encantan los videojuegos. Por mucho que los juegos puedan enseñar habilidades motoras y ser educativos, es normal que los más pequeños exageren y pasen demasiadas horas con el mando en la mano. No es necesario que elimine por completo el juego de sus hijos, pero establecer límites y alentarlos a encontrar otras actividades puede ser muy saludable. ¿Vamos allá?
pasos
Método 1 de 4: Definición de límites claros

Paso 1. Cree reglas específicas
Tener reglas bien definidas es importante para la transformación del comportamiento de un niño. Al dejar que el pequeño sepa exactamente lo que quieres, es más fácil evitar problemas. Siéntese con su hijo para definir con él las reglas y los castigos por desobediencia.
- No digas: "Solo puedes jugar unas pocas horas al día y nunca es demasiado tarde". Esta es una regla muy vaga que su hijo puede explorar. Una mejor opción es: "Durante la semana, solo puedes jugar una hora al día. No puedes jugar después de las 8 pm".
- Espere reacciones negativas ya que son naturales. Es muy probable que su hijo haga berrinches, se enoje, llore e incluso lo amenace. Mantenga la calma e ignore estos comportamientos si es posible. Refuerce las consecuencias de romper las reglas.

Paso 2. Sea muy claro sobre las consecuencias
Los niños necesitan saber muy bien qué pasará si rompen las reglas, así que al establecer los tiempos para el videojuego, asegúrese de que entienda todo. Nada que sea vago, ya que esto solo causará más confusión.
Por ejemplo: "Si no tiene una rabieta o mala educación cuando apaga el juego, y si no juega después de las 8 pm, puede jugar durante una hora al día durante la semana. No podrá para jugar al día siguiente "

Paso 3. Sea firme y cumpla sus promesas
Ahora que ha definido las reglas y las consecuencias, es importante hacer lo que dice. Si dejas que el pequeño se salga con la suya al romper las reglas, no te tomarán en serio y ya no te obedecerá. Es necesario ser firme.
- Sea coherente con las consecuencias. Es tentador abrirse si el pequeño es amable o exagerar los castigos si es grosero, pero los castigos deben ser consistentes. No cambiarlos según el momento o tu buen humor.
- Recuerde que los juegos no son necesarios para la salud y el bienestar de su hijo. Se pueden quitar sin problemas. Muchos padres olvidan esto.

Paso 4. Utilice un cronómetro
Contar la cantidad de tiempo que su pequeño pasa en el videojuego, dando advertencias sobre cuánto tiempo queda, puede ayudarlo a prepararse mejor. Los niños se resisten al cambio, incluso si son telegrafiados. Para ayudar con la transición, hable cuando se acabe el tiempo del pequeño.
- Avísele cuando falten 15 minutos. Avisarle de nuevo cuando queden 10 minutos.
- Configure el temporizador cinco minutos antes del final. Cuando suene la alarma, di: "Tienes cinco minutos. Ahora es el momento de guardar tu juego".

Paso 5. Pídale que termine la tarea y otras responsabilidades antes de jugar
Su hijo debe hacer todo lo que tenga que hacer antes de ir al videojuego. Cuando lo haya hecho todo, podrá jugar durante el tiempo que establezca.
- Ayude a su hijo a ver los juegos como una recompensa por hacer la tarea y las tareas del hogar.
- Sepa que habrá cierta resistencia al principio.

Paso 6. Coloque el videojuego en una habitación compartida
Una buena manera de establecer límites y monitorear a su hijo es poner el videojuego en la sala de estar, no en el dormitorio. Esto facilitará la puesta en práctica de las reglas.
Colocar el videojuego en la habitación de su hijo le da al pequeño mucha libertad y puede verse tentado a doblar las reglas cuando no está supervisado
Método 2 de 4: ayudar a la transición

Paso 1. Trabajen juntos algunas técnicas para dejar de jugar
Haga que su hijo participe en el proceso de limitar el juego excesivo. Hable sobre no jugar juegos que sean demasiado emocionantes o demasiado largos durante la semana, o cree un sistema de recompensas para cuando sea obediente.
- Por ejemplo, háblale sobre no intentar pasar una fase cuando no tienes tiempo. Podría, por ejemplo, dejar pasar a ese jefe duro durante el fin de semana.
- Siéntese y piense en algunas recompensas por no romper las reglas durante una semana, un mes o más. No premie al pequeño con más tiempo para jugar: piense en otras recompensas.

Paso 2. Reduzca gradualmente el tiempo de los videojuegos
En lugar de cortar los juegos de su hijo desde cero, haga una reducción más suave. Por ejemplo, si llega a casa y va directamente a los juegos, limítelo a una hora o dos. Explique sus razones, pero hágale saber que respeta su actividad y su voluntad de seguir jugando.
- Por ejemplo, podrías decir: "Te enojas y haces un berrinche cuando te pido que dejes de jugar. Tus notas han bajado al jugar. Eso es inaceptable. Quiero que juegues, pero vamos a tener que poner un límite a las cosas. "
- Cortar los juegos de una vez probablemente tendrá el efecto contrario. La idea es limitar el comportamiento dañino, no quitarle algo que le guste a su hijo.

Paso 3. Establezca una rutina de transición
Dejar de jugar es difícil y es posible que su hijo no pueda hacerlo de repente. Ayúdalo creando una actividad física que marque el final del juego ayudándolo a salir del "modo de videojuego".
- Por ejemplo, puede probar con un lenguaje específico que indique el cambio: "¡Te están llamando al mundo real! ¡Bienvenido de nuevo!"
- Defina un marcador físico. Dele a su hijo un vaso de agua o estírese con él.

Paso 4. Cree tiempo en familia
Saque a su hijo del videojuego pasando tiempo con él en familia. Este período no debe ser opcional y todos los miembros de la familia deben asistir.
- Deje que su hijo elija la actividad de vez en cuando para que sienta que tiene una opción. Obligarlo a hacer lo que no quiere puede ser frustrante.
- Puedes pedirle que te ayude a preparar la cena y convertirla en un ritual.
- Salga a caminar, juegue juegos de mesa o vea películas.
- Establezca algunas consecuencias para cuando no quiera participar. Por ejemplo, si pierde la actividad familiar, se quedará sin un videojuego durante el día.

Paso 5. Ayude a su hijo a aprender a guardar el progreso
Muchos niños pequeños no entienden cómo navegar por las opciones del juego y pueden necesitar ayuda para guardar su progreso. Al guardar el juego, los esfuerzos del pequeño no se perderán, ya que podrá continuar donde lo dejó y será más fácil apagar el videojuego.
- Explique que muchos juegos tardan decenas o cientos de horas en completarse y no puede terminarlos todos a la vez. Ayúdelo a entender que la idea es jugar despacio.
- Convierta esto en una actividad de aprendizaje en la que le cuente sobre el juego y explique lo que hizo durante el juego.
- Cuando sea el momento de apagar, espere a que llegue a un punto de guardado y ayúdelo si es necesario. Si su hijo intenta aumentar el tiempo de juego desplazándose para ahorrar, reste el tiempo sobrante al día siguiente. Si continúa de esta manera, retire el privilegio del juego por romper las reglas.
Método 3 de 4: Estimular otros intereses

Paso 1. Anime a su hijo a buscar otras actividades
Los videojuegos son solo una forma de diversión para los niños. Hay muchas cosas que el pequeño puede hacer, especialmente si no puede jugar, así que ayúdelo a encontrar nuevas actividades.
- Por ejemplo, puede jugar con juguetes, armar obras de teatro, hacer videos, leer, jugar en el parque, jugar juegos de mesa y realizar actividades creativas como escribir o dibujar.
- No tengas miedo de decir que no cuando él quiera jugar solo "porque no tienes nada más que hacer".
- No confíe en los videojuegos para "cuidar" de su hijo. Es muy fácil adquirir el hábito de dejarlo jugar cuando no tienes tiempo para vigilarlo.

Paso 2. Involucrar al pequeño en actividades sociales
Jugar es a menudo una actividad solitaria, así que anime a su hijo a participar en actividades grupales. Siéntense y piensen juntos en algunas opciones y déjenle elegir qué hacer.
- Por lo general, hay actividades grupales para niños en instituciones religiosas, clubes y centros comunitarios.
- Intente inscribir a su hijo en programas de arte como teatro, música, pintura y dibujo.
- Los deportes recreativos pueden ser divertidos, pero nunca debe obligar a su hijo a participar en algo que no quiere.

Paso 3. Anime a su hijo a realizar actividad física
Los videojuegos excesivos suelen estar asociados con afecciones como la obesidad infantil, ya que es una actividad sedentaria. Para hacer que tu pequeño sea más activo, anímalo a elegir una actividad física que se vea divertida y anímalo a probar diferentes opciones.
Su hijo puede disfrutar andar en bicicleta o patinar, bailar, practicar artes marciales, nadar, etc
Método 4 de 4: Analizar la situación de su hijo

Paso 1. Descubra a qué hora es aceptable para los juegos
Cada persona tiene una opinión diferente sobre los límites aceptables de videojuegos por semana, así que evalúa cuál eres. Algunos padres limitan a sus hijos a una hora al día, mientras que otros prohíben los juegos durante la semana y solo permiten unas pocas horas los fines de semana.
Los profesionales de la salud y los especialistas en desarrollo infantil recomiendan que los pequeños no pasen más de dos horas al día frente a televisores y computadoras. Tenga esto en cuenta al establecer límites de juego para su hijo

Paso 2. Conozca los signos de la adicción
Algunos niños incluso se vuelven adictos a los juegos, mostrando síntomas conductuales, emocionales y físicos, incluido el distanciamiento de familiares y amigos. Es importante que los padres conozcan las señales para que puedan reconocerlas y ayudar a sus hijos.
Por ejemplo, es posible que su hijo nunca quiera dejar de jugar, se enoje cuando esté lejos del videojuego o no tenga interés en nada más. En estos casos, también es común tener negligencia en la higiene personal, problemas de sueño y dolor de espalda y muñeca

Paso 3. Consulte a un médico si nota algún problema
Si cree que su hijo es adicto a los juegos y ha hecho todo lo posible por limitar su comportamiento obsesivo, es posible que desee buscar ayuda profesional. Un pediatra o un profesional de la salud mental puede ayudarlo a realizar un cambio positivo en la vida de su hijo.